domingo, 3 de mayo de 2009

Francesco Tonucci " El 80 % del conocimiento se adquiere antes de entrar a la escuela"

El especialista italiano disertó el jueves 30 de abril en el Auditorio Ángel Bustelo , Mendoza.
Francesco Tonucci es mucho más que un pedagogo, es un italiano fanático de los niños y defensor obstinado de sus derechos. Quizá por eso no entiende que la profesión docente esté entre las que generan mayores enfermedades, que la inseguridad les haya quitado a los chicos la posibilidad de jugar en las plazas y que el país esté debatiendo bajar la edad de imputabilidad, lo que tilda de solución fácil y como tal, equivocada.
Estuvo frente al aula en escuelas primarias, es investigador, autor de libros que calaron hondo en padres y docentes y -para hacer más gráficas sus observaciones de la realidad escolar- se volvió dibujante e hizo reflexionar a más de uno con sus caricaturas, firmadas con el seudónimo Frato.
Sus argumentaciones cautivaron ya desde el título mismo de la charla: ‘La educación en los primeros años: lo que los adultos aún debemos aprender’.
Algunas de las observaciones de Tonucci.
-¿Los adultos estamos muy lejos de interpretar a los chicos?
-Efectivamente. Los adultos tienen una idea equivocada de la niñez, parece que nos toca olvidar lo que fuimos de niños para ser adultos. Los pequeños tienen competencias que los adultos muchas veces niegan o no tienen en cuenta. La primera infancia es el tiempo de aprendizaje más importante y no siempre los adultos aseguran que se dé en las condiciones más favorables.
-¿La escuela actúa así?
-Sí, porque cada nivel escolar prepara para el próximo, como si lo que viene fuera más importante. En realidad, es exactamente al contrario, las experiencias más relevantes para la vida ocurren antes y fuera del colegio. Los especialistas en desarrollo infantil hablan de que el 80% del conocimiento está construido antes de ingresar a la escuela. Ésta y la familia deberían poner allí toda la atención.
Sin embargo, se da como un chantaje a la infancia, lo mejor siempre va a venir después.
-Si la mayoría del aprendizaje se da antes, ¿cuál es la misión de la escuela?
-Esto no significa que la escuela sea menos importante, sigue teniendo un papel fundamental como posibilidad de recuperación para los niños menos afortunados. En ella deberían encontrar la oportunidad de recuperar lo que les falta y equiparar su situación con los más favorecidos y estimulados. Ayudar a los últimos a ser menos últimos.
-¿Educar para la diversidad?
-Estoy convencido de que la misión de la escuela es ser un lugar para todos, pero para esto tiene que cambiar profundamente. Siglos atrás sólo formaba a la clase dirigente, ahora vela por el derecho de todos los niños a estudiar. Entonces, tiene que cambiar para ser adecuada a las necesidades de cada uno.
El fracaso escolar significa que siguen habiendo niños que no encuentran su propia escuela. Existe un gran grupo que se siente afuera, que el lenguaje jerarquizado por el sistema le resulta incomprensible.
-¿Vislumbra un futuro alentador?
-Esto necesitaría un debate muy amplio. Quien educa siempre es optimista, pero después de 40 años repitiendo cosas que ya todos sabemos y que no encuentran acogida surgen ciertas dudas. La responsabilidad de los males educativos debe caer sobre los adultos, si perdemos un alumno hemos fracasado como educadores.
-¿Cuestiona el accionar docente?
-A las maestras no les gusta cuando digo esto, pero no puede ser que la profesión docente esté entre las más peligrosas, sobre todo en enfermedades psíquicas. Al menos así es en Italia. Yo puedo entender que sea cansadora, que requiera de mucho esfuerzo, pero también brinda grandes satisfacciones trabajar con el futuro, con los niños. Si no es así, algo anda mal.
-Aquí lo atribuyen, en gran parte, al aumento de la violencia escolar y la mala conducta.
-Todos somos responsables de esto. Cuando los chicos se portan mal, hay que preguntarse cómo somos los adultos. Ellos son el reflejo de una sociedad. No estoy de acuerdo con lo que se está proponiendo: el bajar la edad de imputabilidad, aplicar penas más duras... Son cosas demasiado fáciles, y las soluciones fáciles nunca son las buenas.
-En Mendoza hay mucha preocupación por la inseguridad y Ud. propone que los niños viajen y jueguen solos en la calle.
-No quiero entrar en mundos que no son los míos, pero puedo asegurar que las ciudades son más peligrosas cuando están vacías, abandonadas y descuidadas. Los peatones, la presencia de la gente hace de la calle un sitio más seguro. No es sólo teoría, experiencias en Europa y aquí en la Argentina mostraron que la criminalidad bajó un 50 por ciento.
Nosotros no dejamos salir a los niños a la calle porque es insegura, yo digo que es insegura justamente porque no hay niños.
PerfilFrancesco Tonucci nació en Fano, Italia, en 1941.
Pedagogo. Es licenciado en Pedagogía de Milán. Trabajó como maestro de primaria y, en 1966 se convirtió en investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de Investigación.
Escritor. Es autor de libros: Con ojos de niño, La ciudad de los niños y Cuando los niños dicen ¡Basta!
Dibujante. Satirizó la realidad escolar a través de viñetas firmadas por Fratto
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